Las
albarcas oscuras
Desde
la rama sonora y cetrina
Se
ve el horizonte tendido,
Lejano
y caído,
Como
las lijas de agua grises.
Se
puede ver, con vértigo,
Desde
la piedra plana también,
El
desfile de mastodontes
De
metal envejecido.
Los
impermeables amarillos
En
los sueños de un conquistador.
Las
albarcas oscuras con punta,
Y
roto el tacón desnudo y ciego.
La
villa entera donde malviven
Los
parias y los anacoretas,
Y
las mujeres que se exiliaron
Por
no ser queridas.
También
hay bufones,
Que
se perdieron
Yendo
a otras partes.
Sin
saber nada de lo que
Arroja
el horizonte dormido
Se
llena mi ser de color
Y
jazmines.
Y
de planchas macizas
Que
rompen los lados.
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