La roca cetrina
Al fin he llegado al final de la roca cetrina,
Al lugar imaginado desde donde,
Con mi propia iluminación,
Alcanzo a ver como los que me seguían,
Se derrotan en grupos por los collados.
La cima de la roca es un lugar anodino,
Esa cima no es lo que algunos, en mis
Sueños de noches inesperadas,
Me decían que encontraría en la estepa.
Aquellos que venían a mi alcoba
Durante las noches cambiantes,
Conversaban, con gran sentimiento,
Acerca de las alturas, colores y formas,
De cuantas rocas decían que
Se encontraban tras los oteros blancos.
En las madrugadas del invierno frío e inhóspito,
El eco de las tertulias de los pobladores
De mis sueños constantes,
Llegaba a mis oídos trayendo
Las palabras de unos vividores,
Y el aliento de las alforjas vacías
De unos viajeros dormidos.
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