MIS ASOMBROS
La gran roca negra,
la que asoma sobre mi,
es de formas y
lugares cambiantes.
Al caer la tarde,
como un reflejo
brillante, desconocido,
y anhelado siempre,
se torna viva,
ávida de cubrir
mis asombros de
verdadera esperanza.
Y los ojos que me miran,
los de la mujer que espero,
hacen que las sombras
se conviertan en luz,
la que ilumina mi sinrazón.
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