sábado, 17 de septiembre de 2016


Hada

 

 

Deja que entre en tu regazo,

Que pueda notar el aroma de tus carnes

De mujer aparecida, de mujer mágica.

 

Del ser que no tiene más equipaje

Que una mirada y unas manos bellas.

 

Que con el lastre por haber repudiado

Al cobarde, tiene en los arbustos

Y en las zarzas escondidas,

La bondad de un hada madrina

Y la voz de un ángel.

 

Deja que pueda aprender de ti,

Recoger de tu manera de moverte

La sabiduría desbordada,

Y la ternura sin fin.

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