martes, 14 de abril de 2015








Páramo húmedo

Mientras me desperezaba,
Con los confusos y sesgados rayos de luz,
Que eran como un sarcófago impenitente,
Sin poder abrir los ojos que no veía,
Sin apenas poder abrir la boca solo para bostezar,
Sin poder pedir auxilio por mi enmudecimiento.
Trataba de recordar por qué motivo me hallaba tendido,
Con unas alforjas desconocidas,
En un páramo húmedo y vertical,
En un lugar desconocido y en esa situación.
Todo ello no podía ser más que el resultado
De una terrible confusión en mis pensamientos.
Giré mi cabeza y te vi soñando,
Me di cuenta de que yo había nacido allí.

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