miércoles, 23 de noviembre de 2016

El hada eterna
Ha sido en el momento presente,
Momento pleno de circunstancias
Poco admirables y nada deseadas,
Cuando me he dado cuenta,
De forma obligada,
De que la magia y la fantasía,
La serenidad y la belleza
De lo fundamental,

Lo sosegado de una vida plena,
Acompañado de un hada madrina,
La que de manera maravillosa
Me enseñó los valores
Fundamentales, me dijo como ser
Integro, honesto, respetuoso,
Fiel, auténtico y, sobre todas
Las cosas, me enseñó
Ha ser hombre.

Y durante una vida con
Enfrentamientos a las
Culturas, a los Dioses,
Y lo que es peor,
A mi mismo.

Durante tantos años de
Soledad remota, con riesgo
De chocar un día con
La muralla añil, tan temida,
Con el peligro de
Entrar en el círculo,
El que rodea la muralla,
Cayendo entre los de
La vida sedentaria,
Los de las normas
Desconocidas para este
Aventurado e ignorante
Ser, normas que el hada
Me dijo un día que no saltara,

Normas que, gracias al hada
He conseguido durante media
Vida, aún habiéndome asomado,
Por fin, un día, incluso,
Acatando el cuidado
Y respeto que, mi queridísima
Hada, me dijo que acatara.

Al haber tenido próxima
Durante media vida
A mi amada hada,
He sido arropado, querido,
Respetado y, con el permiso
Permanente, que me dio
Mi querida hada,
Para recurrir a ella, como
El niño recurre a la madre.

Llegó el día, después de
Tantos años, en que caí
En lo que un día tenía que
Suceder.

El hada tomó un camino
Desconocido para mí,
Y sentí que la cobija
Que me había acostumbrado
Ha tener para arroparme,
El colchón con una almohada
Que siempre olía al perfume
De mí hada.

El concepto
Había fallecido.

Había muerto de forma
Repentina e insólita.

Quedé sin palabras para
Explicar al universo,
Y a mí mismo,
Lo que había sucedido.

Recordé entonces el
Comienzo de una novela
De el maravilloso escritor,
Muy admirado por mí,
Albert Camus.

La novela El extranjero.
Al comenzar ésta, la primera
Frase que se lee es – “Ayer murió mamá”-.

Aquel hombre, después de pronunciar
Tan dolorosa frase, no supo que más
Pronunciar, no dijo nada más.

Después de toda una vida
De hijo, no tuvo más palabras que decir.

Tal vez le ocurrió lo que a mí cuando
Ha muerto el hada, no he sabido
Que decir.

Tal vez porque nunca
Supuse que se marchitaría.
Seguramente porque
Siempre he creído
Que ella era eterna,
¿Hay algo eterno?


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