Viaje
estático
El
delirante estado en que se encontró al llegar,
era
un fogoso cerco de rosas negras.
Se
hallaba en un coso repleto de
rocas
planas con apariciones constantes.
Durante
todo el tiempo que duró el viaje
sin
movimiento sintió como pasaban aloes.
Y
todo el espacio dedicado a gobernar
una
nave quieta para no viajar,
Todo
el tiempo que empleó
en
la manera de conseguir movimiento.
Lo
áspero y extraño que resulto
una
despedida hablando a
las
paredes llenas de hollín.
Todo
ello aparecía en la cabeza a ratos.
Otras
veces se desvanecía.
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