sábado, 8 de octubre de 2016


El hada eterna

 

 

 

 

Ha sido en el momento presente,

Momento pleno de circunstancias

Poco admirables y nada deseadas,

Cuando me he dado cuenta,

De forma obligada,

De que la magia y la fantasía,

La serenidad y la belleza

De lo fundamental,

 

Lo sosegado de una vida plena,

Acompañado de un hada madrina,

La que de manera maravillosa

Me enseñó los valores

Fundamentales, me dijo como ser

Integro, honesto, respetuoso,

Fiel, auténtico y, sobre todas

Las cosas, me enseñó

Ha ser hombre.

 

Y durante una vida con

Enfrentamientos a las

Culturas, a los Dioses,

Y lo que es peor,

A mi mismo.

 

Durante tantos años de

Soledad remota, con riesgo

De chocar un día con

La muralla añil, tan temida,

Con el peligro de

Entrar en el círculo,

El que rodea la muralla,

Cayendo entre los de

La vida sedentaria,

Los de las normas

Desconocidas para este

Aventurado e ignorante

Ser, normas que el hada

Me dijo un día que no saltara,

 

 

 

Normas que, gracias al hada

He conseguido durante media

Vida, aún habiéndome asomado,

Por fin, un día, incluso,

Acatando el cuidado

Y respeto que, mi queridísima

Hada, me dijo que acatara.

 

Al haber tenido próxima

Durante media vida

A mi amada hada,

He sido arropado, querido,

Respetado y, con el permiso

Permanente, que me dio

Mi querida hada,

Para recurrir a ella, como

El niño recurre a la madre.

 

Llegó el día, después de

Tantos años, en que caí

En lo que un día tenía que

Suceder.

 

El hada tomó un camino

Desconocido para mí,

Y sentí que la cobija

Que me había acostumbrado

Ha tener para arroparme,

El colchón con una almohada

Que siempre olía al perfume

De mí hada.

 

El concepto

Había fallecido.

 

Había muerto de forma

Repentina e insólita.

 

Quedé sin palabras para

Explicar al universo,

Y a mí mismo,

Lo que había sucedido.

 

Recordé entonces el

Comienzo de una novela

De el maravilloso escritor,

Muy admirado por mí,

Albert Camus.

 

La novela El extranjero.

Al comenzar ésta, la primera

Frase que se lee es – “Ayer murió mamá”-.

 

Aquel hombre, después de pronunciar

Tan dolorosa frase, no supo que más

Pronunciar, no dijo nada más.

 

Después de toda una vida

De hijo, no tuvo más palabras que decir.

 

Tal vez le ocurrió lo que a mí cuando

Ha muerto el hada, no he sabido

Que decir.

 

Tal vez porque nunca

Supuse que se marchitaría.

Seguramente porque

Siempre he creído

Que ella era eterna,

¿Hay algo eterno?

 

 

 

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