domingo, 9 de octubre de 2016

 
 
 




Conocedor

 

 

 

Se preguntaba si las tablas macizas,

Tendidas bajo el frescor del zaguán, 

Serían el apoyo que deseó siempre. 

Se preguntaba si era ese el verdadero

Deseo.

Quiso saber, con el ansia de un jugador

Que busca con codicia el triunfo 

En el juego, donde encontraría

Ese lugar de apoyo que, después de

Tanto velar por su encuentro,

Y creer de forma obsesa, 

Que le daría el descanso definitivo.

Más nunca observó serenamente

Que nada de lo que había anhelado,

Que nada de todo aquello deseado,

Que nada de lo que creía permanentemente

Necesario encontrar,

Nada de todo ello existía, sino

Dentro de sí mismo.

Y tampoco supo jamás donde encontrarse.

 

 


 

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