jueves, 29 de septiembre de 2016


 

Puertas cerradas

 

La era de los conjuros desbocados,

De las pláticas conchabadas perversas,

De los huertos muertos de frío,

De los nubarrones cargados de minas,

De las falacias, los grecos y los cominos.

Es la era de la vista perdida

Y los domingos de vestir,

De las siestas despiertos,

De las puertas cerradas

En estancias con olor a cieno.

La era de las charlas calladas,

De la quincalla doblada,

De mis sentimientos rotos,

De mis sensaciones vendidas.

Es la era de la dicha del sincope,

De las carreras de sacos,

De las caricias dañinas

Y de mi voluntad callada.

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