Saltas los muros de musgo pintado
Y correteas y hablas en las pilastras, y callas.
Y los oyentes cantan al caer la tarde, como una estera,
Y los aromas que invaden el escenario llaman a gritos,
Sin llamar a nadie.
La fantasía y los miedos, son compañeros
De las alegrías y los recelos, y de la alpaca del aparador.
Resuenan alrededor de la escena los ecos nacidos en las nubes,
Criados entre tormentas y vestidos de carnaval.
Los muros crecen y crecen y ya son de encina.
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