domingo, 18 de enero de 2015

Viene solo

Vengo por la carretera del acantilado,
Vengo pensando en escribir un poema
Al llegar a casa, lo primero nada más llegar.
Cuando entro por la puerta, la que me recibe cada día,
Unas veces con cara de ángel, otras resistiéndose,
Lo primero que me encuentro es a Yon, mi amigo incondicional,
Esperando con pasión mi llegada para ir de paseo.
Por supuesto, he pensado, mi poema puede esperar.
He ido con Yon a la playa.
Al volver a casa, al abrir la puerta, la que
Me recibe cada día, esta vez con cara que desprende luz,
Yon ha ido inmediatamente al armario donde
Guardo su premio de perrito bueno,
Le he dado su premio, y se ha ido a mi estudio
A buscar mis instrumentos,
El canta cada día su blues después del paseo.
Me he puesto la armónica en el cuello y he cogido la guitarra,
Nos hemos sentado en la terraza y ha cantado su blues.
Entonces, con calma y la satisfacción del deber cumplido,
Me he metido en el estudio con la idea que traía fija
De escribir este poema.
Al sentarme, en estado de sosiego, y
Habiendo dejado todo hecho, he pensado en retrospectiva y,
Me he dado cuenta de que mi poema se ha ido escribiendo, el solo,
Desde que salí de Almería por la carretera del acantilado.
El paseo por el Cañarete viendo el horizonte que juega a pilla – pilla,
El emocionado y cariñoso recibimiento de Yon,
El paseo por la playa,
La vuelta a casa y el rato en la terraza tocando su blues
Y el cantando.
Sí, mi poema está escrito, lo han escrito ellos,
Yon, la playa y sus juegos, la venida por el acantilado,
El blues en la terraza, en el que los dos somos protagonistas,
Y el día que canta a gritos su himno de felicidad.
Los poemas, en ocasiones, se escriben solos.

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