Un transeúnte, ajeno a
La inmundicia
Y a los pesares.
Que solo buscaba
La senda en el mapa,
En un mapa añejo,
Y con colores
Que solo lo confundían.
Solo era un ser
De paso,
Sin dejarse ver,
Sin mirar con preguntas.
Un viajante que,
Sin saber nada
De la maldita sombra,
Que sin oler
Su humedad,
Sin maldecir
Ni denostar,
Sin querer hacerse
Novedoso.
Hubo de tropezarse
Con el tropel
De adultos reenganchados,
De voluntarios
Aburridos.
Sin haber sido visto,
Ese tropel color
Indefinido,
Le dieron el alto.
Por no querer
Ser motivo de abuso
El viandante voló.
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