domingo, 11 de mayo de 2014







Capricho 

Hay un conjuro entre siervos,
Hay una mezquita que sangra
Y un capricho corriendo.
Se puede ver el cristal comido
Por los lados, color seco,
Se mira la idea parda 
De los terrenos ocupados.
Si buscas las monedas mordidas,
Y las casetas raídas
Por el paso de los años,
Mira en la antesala,
Mira en los laterales nuevos,
Donde se dejaron los
Tramoyistas casados,
Las mesillas y el mueble bar,
La serrada pilastra sanguina,
Las agotadas lupas plásticas,
Y sus miradas sin ocupar.
En la subida del zaguán,
Entre las hortensias
Y las vasijas vacías,
Hay unas huellas
De zagales perdidos.
Y yo miro por ver
Si salgo al bulevar,
Y hablo con
Los caseros,
Si la vida me
Pinta la cabeza.

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