LA REALIDAD DE NUEVO
En una ocasión, durante una fiesta en casa
de un amigo, se me acercó una mujer bellísima, y mirándome de una forma
balsámica y serena, me preguntó - ¿Y tu
que haces en la vida real? - Yo, sorprendido por lo conceptual de su pregunta
y, sintiendo una gran empatía hacia
ella, pues podría habérselo preguntado yo, pero soy tímido. Como digo,
sorprendido, busqué en mi archivo interno y, como un resorte salió la
respuesta: - me coloque junto a ella, toqué su cutis, miré sus manos bellas de
mujer, olí su largo cuello, la tomé las manos y pregunté si bailaba -. Asintió
con la cabeza. La sensación junto a esa persona, cercana y sensual, me dio, al
punto, la respuesta a su pregunta. Contesté sin dudar –en la realidad que vivía frente a ti, hace unos segundos, era un ser
humano intentando comprender una situación compleja por muchos motivos que no
vienen al caso. En la realidad actual soy un hombre cargado de energía, que ha
superado su timidez y que, como en un mundo nuevo, se propone estar a tu lado
el mayor tiempo posible. Ojala mi próxima realidad, de la que no estoy exento,
sea como esta-.
La
realidad se pone en entredicho como concepto generalizado, es decir, como
concepto objetivo,
pues está sometida, como ya dijo Heraclito,
por el contrarío de la teoría de Parmenides,
a cambios de forma permanente, provocando
en los observadores percepciones, sensaciones y toda una serie de sucesos
de diversidad interpretativa por el individuo, que la sitúan como algo de
patrimonio personal, haciéndola así un acontecimiento
de carácter subjetivo, ya que le brinda a cada cual la posibilidad de
interpretarla como quiera, pueda o sienta.
Esto es así porque la noción que tenemos de
las cosas que nos hacen creer en esa realidad son una cantidad grande, variable,
normalmente no concluyentes ni definitorias, y sobre las que además no tenemos
ningún control. Para poder llegar a generar una idea satisfactoria (sostenible
y creíble), sobre la realidad, habríamos de creer y conocer a fondo las
materias a las que se encuentra sujeta nuestra existencia, (según criterio de cada
uno), teniendo en cuenta que ésta se
sostiene, como el hecho de la vida, integrada
en un universo inevitablemente sometido a los cambios constantes que afectan a
lo que nos rodea. Tendríamos que empezar por creer en un concepto
continuado que nos muestre por qué arroja acontecimientos nuevos cada segundo
en cada lugar. Por eso creo que quizás lo más difícil es asimilar que todo ello
hace que esté afecta a nuevos rumbos permanentemente. Es difícil tener un
concepto firme sobre algo de éstas características, es más, es difícil tener un concepto claro, y creo
que es imposible tenerlo constante, debido como digo, a los cambios permanentes
que operan en nuestro entorno, muchos de ellos provocados por nosotros mismos.
Podemos
deducir pues que la realidad, de acuerdo a lo anterior, es un concepto que cada
uno obtiene de su interpretación, y cada ser aprecia los fenómenos que le
rodean de manera diferente, por lo que la realidad se convierte en algo aleatorio
y de carácter subjetivo y variable para cada cual, según se quiera interpretar.
. Importancia
de la ciencia
Efectivamente, no podemos olvidar la
ciencia, especialmente la Física Cuántica.
Podemos deducir pues que la realidad, de
acuerdo a lo anterior, es un concepto que cada uno obtiene de su
interpretación, y cada ser aprecia los
fenómenos que le rodean de manera diferente, por lo que la realidad se
convierte en algo aleatorio y de carácter subjetivo y variable para cada cual,
según se quiera interpretar. Creo
también que si hay alguna materia que produce cambios constantes en especial,
es la física, especialmente la cuántica.
De acuerdo a la
física cuántica el acceso al mundo sensorio se realiza a través y mediante la
experiencia llevada a cabo por un "yo", es decir, que lo que
experimentamos no es la realidad en sí
sino nuestra interacción con ella.
La teoría cuántica nos presenta de esta manera una forma
de concebir el Universo según una perspectiva de sistémica, poniendo énfasis en
la interrelación e interdependencia de todos los fenómenos, así como en la
naturaleza intrínsecamente dinámica de la realidad "física",
lo que nos conduce a la forja de un paradigma que se base en una concepción del
Universo de naturaleza holística, no fragmentada, ecológica.
Por supuesto existen otras cosas, como la
filosofía, la poesía, nuestros estados de capacidad receptiva, escéptica o
dogmática, nuestro ánimo, los astros (el universo es sorprendentemente capaz de
modificar nuestro comportamiento y nuestra realidad), nuestro entorno
inmediato. En fin ¿Cómo podríamos llegar a creer en algo que podamos llamar
realidad hoy, y mañana también, si en ese periodo de tiempo nos vemos sometidos
a un estado de situación distinto permanentemente? En el caso de que fuera
constante habríamos de descartar de nuestras herramientas para el avance,
ciencias como la epistemología, de la que se ha dicho que es “la rama mayor de todas las ciencias”. Ella es una de
las causas por las que se producen cambios constantes en la realidad que
demuestra la ciencia. La epistemología (del griego, ἐπιστήμη o episteme, "conocimiento"; λόγος ologos,"teoría")
es el estudio de la producción y validación del conocimiento científico.
Esto es, sin duda, la eterna lucha contra
nuestra propia creencia sobre un tema del que, yo personalmente, tengo poca capacidad
de reconocer de una forma que me permita hacer de ello algo de mi patrimonio
intelectual, con el criterio de que se
trata de un concepto definitorio, de un pensamiento que arroje el principio
de continuidad que, hasta ahora, no he podido tener. Sencillamente porque de
forma permanente se muestra variable en su aspecto.
Esto me lleva a pensar y
comprender que no hay una realidad
verdadera, y mucho menos constante y
generalizada. Esto hace que incluso en ocasiones dude de que sea, nunca mejor
dicho, real.
No obstante el hombre, como animal
inteligente, ha creado una sociedad basada en un sistema que pretende hacernos
creer que la realidad es algo definido sin dudas, “homogéneo”, igual para todos y, como ya he dicho,
algo de carácter definitorio, e incluso definitivo. Bien, creo que los cambios
producidos en nuestro mundo y en el cosmos, demuestran que eso no es así, como
también lo demuestra la ciencia en su exposición tenaz y constante de los
resultados de su imparable obtención de descubrimientos a través de la imparable
investigación, de la que se desprenden constantemente nuevos criterios y
teorías demostrables. Pongamos un ejemplo, y hagámoslo metafóricamente, veamos
como se muestra la realidad en una ciencia como las matemáticas. En matemáticas, para exponer algún
criterio, desprendido de la investigación, y hacerlo obligatoriamente creíble y aceptable (real en su contexto), es necesario demostrar que se trata de algo
irrefutable. Por ejemplo el caso de
un teorema. Se llega a la conclusión de que se puede hacer, obligatoriamente aceptable, por lo que
su propia definición dice: “un teorema
es una exposición demostrable”. El concepto de realidad en nuestra vida
cotidiana, en un universo en el que, desconociéndolo, estamos inmersos no es
tal cosa, es más, es susceptible de ponerse en entredicho constantemente, como
han demostrado especialmente La Física o La Filosofía en distintas ocasiones.
Especialmente la Cuántica.
. Ejemplo banal
Pongamos un ejemplo que, si bien no es
determinante o científico, es muy “gráfico” a la hora de determinar el concepto
que queremos mostrar, exponiendo un caso de ficción que, aunque se trata de una
exposición simple y banal, puede arrojar
una demostración de lo que queremos hacer ver. El mismo acontecimiento, en el mismo lugar, a la misma hora, puede no
suponer una realidad igual para distintos observadores. Supongamos que cuatro
hombres juegan al póker. Cuatro expertos que juegan habitualmente en el mismo
sitio. Cuando han pasado dos horas estos hombres viven una realidad en la que
se encuentran inmersos, digamos que no dudan de esa realidad, ni se plantean
nada sobre ello, están habituados a encontrarse en ese lugar. Ellos ven su mesa
de juego, su baraja de póker sus fichas y un entorno que solo con verlo les
hace sentirse en una realidad fácilmente encajable, en la realidad que aceptan
y conocen sin pensar en otra cosa, la que aparece sola debido al hábito, una
partida de póker que incluso sería difícil conceptuar de otra forma, dada la
costumbre.
Sin embargo, en el lugar ha entrado, por
primera vez, un hombre que no conocía el local, es algo nuevo para el. Escruta el
entorno con curiosidad y, de pronto ve a los cuatro hombres hablando en unos
términos que no había oído nunca, como repoker, Po de 100 euros, voy restado,
etc. Para beber pide, ya que está en una coctelería, un San Francisco (por
habérselo oído a otro hombre). Se acerca con su copa a la mesa de juego y,
tranquilamente se da cuenta de su realidad.
Está viviendo una realidad ajena al resto de
la de las otras personas y, por supuesto, la de los asiduos jugadores. Bien
este es un ejemplo sencillo y creíble, pero si magnificamos la influencia de la
cuántica y la naturaleza, en cada momento, sobre cada persona, podremos obtener
resultados mucho más espectaculares sobre lo
sorprendente de la realidad.
. Registro de lo real
Lo real es aquello que no se puede expresar
como lenguaje, lo que no se puede decir, no se puede representar, porque al
re-presentarlo se pierde la esencia de éste, es decir, el objeto mismo. Por
ello, lo Real está siempre presente pero continuamente mediado mediante lo
imaginario y lo simbólico.
Lo imaginario está constituido en
un proceso que requiere una cierta enajenación estructural, es el reino de la
identificación espacial que inicia en el estadio del espejo y es instrumental
en el desarrollo de la agencia psíquica. Es en este proceso de formación que el
sujeto puede identificar su imagen como el yo, diferenciado del otro y en relación con el objeto a.
Lo que se designa como yo es formado
a través de lo que es el otro
—en otras palabras, de la imagen en el espejo. Es la forma primitiva de pensamiento simbólico.
Lo imaginario, o aspecto
no-lingüístico de la psique, formula el conocimiento primitivo del yo, en tanto lo simbólico, término que
utilizaba para la colaboración lingüística (lenguaje verbal coherente), genera
una reflexión a nivel comunitario del conocimiento primitivo del yo y crea el primer conjunto de reglas
que gobiernan el comportamiento e integran a cada sujeto en la cultura.
Constituye el registro más evolucionado y es el que tipifica al ser humano
adulto. Lacan considera que el
lenguaje construye al sujeto y
el humano padece este lenguaje porque le es necesario y le aporta a cada sujeto
una calidad heurística (con el lenguaje simbólico se piensa, con este lenguaje se razona, con
tal lenguaje existe comunicación –simbólica – entre los humanos).
Lo que se convierte en el sujeto
propiamente, se desarrolla mediante su inserción en el orden simbólico, momento
en el cual el infante adquiere la habilidad de utilizar el lenguaje – es decir, de materializar su deseo mediante
el discurso.
De que forma tan sencilla y coloquial expresaba Kant su punto de vista sobre la realidad: "La realidad solo existe si la miras".
José
María de Benito
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