martes, 20 de septiembre de 2016


 

La entrada y la mujer

 

Una mirada de la mujer de la entrada,

un deseo con la piel,

el musgo de las mochetas,

perfumado con su ser,

la hiedra que con mesura me peina el sentimiento,

su gesto de consentimiento generoso

y su ademán que dice hablando alto que siga,

que no cese mi mirar ni mis pasos.

 

La figura y sus dibujadas alegrías

de magnética mujer,

todo ello, su cristalina intención

y su desprendida sensación hicieron que,

sin freno que buscar

pusiera mis pies a su vera,

en su aura de melodías plena.

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