Una sarta de miradas y de canciones,
Y las pisadas sin huella,
Son las manos del guardes
Las que ven todo ello,
Solamente ven, en realidad,
Las apariencias,
Unas imágenes escondidas.
En ese lugar que sirvió de tenada,
Que se quedó solo,
Que nunca se empezó a dibujar,
Ahí fue donde mi sentimiento se estrelló.
En un resguardo imaginado,
En una tenada inexistente,
En un lugar remoto,
Y aún sigo buscando
Mis pasos olvidados.
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