domingo, 3 de mayo de 2015

Tal parece que la vida sea
Una patena de plata gastada,
Que contiene carga de servir.
Vasos, tazas, jarras, y otras cosas,
Al mover el brazo el camarero,
Todo se mueve, se desliza apenas,
Cuando el hombre llega a la escalera,
Y allí da un resbalón y
Agarrándose a la baranda,
Por no perder el equilibrio,
Deja que se mueva repentinamente
La patena.
En ese movimiento de lado a lado que
Se le produce a la bandeja,
La jarra se desplaza empujando
A los vasos, que a su vez empujan
A tazas, copas y cuencos.
Por fin el hombre se endereza
Y la patena se estabiliza.
Pero el chaleco del camarero
Ha resultado descosido,
Y sobre la patena se derrama
Zumo, leche, café, té,
Y se han visto tendidos
Vasos, tazas, copas y cuencos,
Por lo que el camarero habrá de
Volver a empezar su tarea,
Con la única intención de evitar
Que se percaten de que el
Es culpable del retraso
En el desayuno de los huéspedes.





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