domingo, 11 de mayo de 2014

YON Y YO

Paseo matutino

Esta mañana, como muchas otras, Yon y yo hemos salido temprano a pasear por la playa. Le he notado hoy un poco meditabundo, circunspecto, pero no le he dado importancia, al fin y al cabo es un tipo bastante serio. Hemos llegado y rápidamente ha echado a correr para tratar de morder una ola – le molesta que no se pueda -. Al rato ha venido y se ha sentado a mi lado, cerca del malecón. Me ha mirado y me ha dicho al fin – oye José ¿tú eres mi padre o mi madre? -. Le he mirado consternado, a la vista de que el pobre estaba muy confundido. No sabía que contestar y me ha salido la respuesta como un resorte – Yon, yo soy tu amigo-. Me responde – no pasa nada, es que desde que salimos de Macastre he estado algo confundido, ahora ya tengo un año, ya me puedes hablar con sinceridad-. Le miré contento y le dije –ahora ya podemos hablar de lo que quieras Yon-. Quedó un momento pensativo y me preguntó - ¿Oye y las manchas estas negras que me salieron no se me quitan ¿Es que estoy malito?- Le pasé la mano por la cabeza con ánimo de tranquilizarle y le dije – no Yon, verás, tus ancestros eran perritos cazadores, y cazaban en una zona de monte bajo donde nevaba y siempre había neveros, entonces se pusieron esa piel para camuflarse, pero la llevaron tanto tiempo que se les quedó pegada a los genes, y vosotros ya nacéis camuflados, aunque no os hace falta-. Se pasó la pata delantera por la cabeza y dijo – uff, que alivio, llevo pensando desde que era pequeño que estaba muy malito-. Le di un par de palmadas y le dije – bueno, pues ya sabes que no es nada, que eres así, ala! Vamos para casa, que tengo un premio para ti, el de perrito bueno, y luego cantas tu blues, como todos los días -. Dio un respingo y, poniéndose de pie, me dijo – ala, vamos amigo -. Llego a casa especialmente
contento hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario