Parte
primera
Empezaré por decir que tengo la teoría y el
convencimiento de que las tres cosas
más importantes, y con mayor presencia
en el universo, en el mundo (en nuestro planeta), y en nuestra vida, haciendo
de ello algo más o menos “avanzado, estable y seguro”… En sus acontecimientos
y en nuestro devenir y en el de nuestra mente, son la Física, la poesía, y la Filosofía y, como no,
creo que nacieron de la mano.
Es por ello que han continuado de esta forma, y no podía ser menos
cuando reflexionamos
Pensemos como se desarrolla este hecho tan
necesario en nuestras vidas y podremos ver como está íntima y necesariamente relacionado con
estas tres materias. Pienso que, al fin y al cabo, todo está relacionado con
ellas.
. Reflexionar
Muchas son las cosas que influyen en una
acción como ésta, pero considero que lo único que se presenta como algo
realmente complejo y riguroso, y que se precisa a todas luces para ello, es ser definitorio
en el hecho en sí. Hacer su planteamiento de
realización con coherencia y, a continuación, una
de las acciones más duras, que no es otra que la de ser consciente de que si
esto se lleva a cabo, es con la idea clara de
que se ha de tomar una decisión con la conclusión obtenida, pues ¿con qué
motivo se ejercería una acción de semejantes características si no es con el de
obtener una conclusión que nos permita la posibilidad de dar continuidad a
nuestra existencia de manera, aunque subjetiva como es lógico, dirigida y
concreta?.
La toma de decisiones es de las más severas y
complicadas acciones que se han de abordar a lo largo de nuestras vidas y, por
supuesto, una de las de extrema dificultad de asumir y resolver, pues posterior
a dichas decisiones se nos sobreviene, inevitablemente, hacer frente con valentía a las consecuencias que
estas decisiones arrojen, y así poder obtener resultados positivos y
satisfactorios.
Aquí es donde, una vez más, y con una inevitable expresión plena de
belleza y poesía, se nos aparecen la cuántica y la filosofía. Al fin y al cabo,
proviniendo de la física clásica, madre del pensamiento científico, la cuántica
ha hecho que aprendamos precisamente a eso, a reflexionar.
También, al fin y al cabo, el reflexionar no es sino una forma de
pensamiento científico
Si bien no es propio del manejo de la
ciencia, no deja de ser una forma de investigación, no dejar de utilizar
nuestros conocimientos para ir más allá del objetivo sencillo y simple de seguir
sobreviviendo, sino para tratar, aprovechando ese patrimonio, como herramienta
para obtener nuevas formas de enfocar el
pensamiento, consiguiendo avanzar en nuestro desarrollo personal y, como no, si
logramos obtener conclusiones con significado de avance, compartirlo con
aquellos que vean utilidad en ello y, que si es así, de seguro serán los que se
incorporen a esa manera de investigación aprovechando lo que creemos saber.
. La filosofía
En cuanto a la filosofía, pienso que no se
puede desprender de ninguno de los caminos, vivencias y acciones en ningún caso,
más aún, creo
que en la mente de cada ser humano se suceden, de alguna manera, constantemente,
pensamientos con enjundia filosófica,
creo que todo ser humano, en alguna medida posee el amor por el aprendizaje.
Podemos ver así, que de forma humilde, bella y poética, nos han mostrado como
verdaderamente es útil reflexionar. Exponiendo ante nosotros cosas muy
cotidianas, teorías e ideas que, hasta que apareció ella (ahora me refiero a la
cuántica), no habíamos planteado de una manera que no fuese la que, como decía,
cotidianamente entendemos la mayoría de nosotros.
Es claro pues, que el ejercicio de reflexión está ligado
íntimamente al mecanismo de pensamiento científico
Digamos que se opone a la más extendida
forma de pensamiento, que no es otro que el empírico. Y, por descontado,
se presenta siempre cercano a la filosofía, que nos enseñará, si indagamos en
ella, qué se puede aprender y como ir creciendo en nuestros planteamientos,
ideas, teorías y, como no, seguir obteniendo plataformas que sigan proyectándonos hacia
nuevas determinaciones, nuevas posiciones desde las que adelantar nuestra
búsqueda del desarrollo vital. Si así no fuera, nos alejaríamos de
lo que estoy dando en llamar pensamiento científico. Tal vez es un atrevimiento
llamarle Pensamiento Científico al hecho que supone pensar y desarrollarse como
he dicho, puesto que como dije, no estoy hablando de pensamientos ni hombres de
ciencia. Sin embargo sigo pensando que la conducta que define al Pensamiento Científico,
sigue siendo una buena metáfora para expresar como se diferencia del Empírico.
. La Epistemología
Veamos, y ya que hablamos, utilizando de
forma metafóricamente comparativa el pensamiento científico, que pretende la
Epistemología.
No pretende otra cosa que estudiar la producción y validación del pensamiento científico
En el caso del uso como forma de ser y
vivir, nos proporciona los mismos resultados en distintos ámbitos. Nos propone
utilizar lo que conocemos para algo más que su uso a dar continuidad a la
existencia siempre de la misma forma, es decir, utilizar lo que conocemos, como
ya he dicho, como plataforma para proyectarnos hacia el conocimiento de nuevas
soluciones que nos abran caminos nuevos y sosiego global, además del
descubrimiento constante de nuevas maneras de, cuando menos, mantener viva una forma de
pensar “exploradora”. Por cierto, y hablando de filosofía,
seguramente ésta dará a todo este comportamiento una contestataria y quizás
algo rebelde forma de ser. Ya trataremos de ver qué significa la presencia de
la filosofía en este asunto. Seguramente mucho y con distinta conclusión y
opinión según quien administre la parte filosófica de estas reflexiones.
Parte
segunda
. Alguna
conclusión inicial
Es algo que no cambiará, el hecho de que la filosofía esté unida a
la cuántica y a la poesía, pero también lo es que cada una de estas
materias trata los mismos temas, con distintas maneras de ejercer su desarrollo.
Cada una de ellas está creada con distintos puntos de vista, ya que, debido a
su sensibilidad e intereses conceptuales diferentes, en la generalidad de las
veces, observarán y reflexionarán sobre el mismo asunto desde diferente prisma, aunque seguramente expresando la misma
conclusión, si bien es cierto que lo harán en distinto idioma, con un distinto dibujo, pero al acabar los cuadros, los
dibujos de cada una de ellas, expresarán lo mismo. Es algo maravilloso como
tres pintores de distinta escuela pintan el mismo cuadro, con conocimientos
aprendidos en distintas escuelas, e incluso épocas, perteneciendo a corrientes
artísticas diferentes, y consiguen un arte final con el mismo significado,
belleza y expresión artística.
Parte
tercera
. La Poesía
Cualquier elemento de juicio sobre
cualquiera de las materias que se nos presentan en la vida y, por supuesto en
el acto de la reflexión, y empezando por la propia naturaleza, de donde procede
todo a lo
que estamos sujetos, está, inevitablemente, unido a la necesaria apreciación y
premisa de la poesía.
Tengamos en cuenta que lo primero
que apareció fue la naturaleza. La Física nació con objeto de medirla, más no
sin un prisma poético, ya que ella lo lleva intrínseco, y también filosófico,
pues es evidente que en la mente de todos los hombres hay un ejercicio
filosófico.
Así podemos ver, como ya habíamos dicho, que la Física, La Poesía y La
Filosofía, nacieron de la mano.
Posteriormente se utilizó esa visión poética
que nos brindo la naturaleza sobre este tema, como algo de uso en otras
materias de ejercicio humano, como la literatura. Podemos decir que en acciones
literarias de cualquier índole, desde el nacimiento de este arte, lo primero fue
LA POESÍA, como legado de la naturaleza, y después llegaron el resto de
corrientes y formas de hacer literatura.
Cuando leamos poesía debemos hacernos cargo del enorme patrimonio
que estamos administrando
En principio debemos tener en
cuenta que se nos brinda la oportunidad –
que no da ningún otro género literario – de ser intérpretes, además de
lectores y creadores. Nos regala la libertad, que no cede otra forma de
literatura, de obtener imágenes y sensaciones a nuestro libre albedrío, no
siendo nunca la lectura con interpretación definitiva, pues el mismo texto,
leído otro día, a otra hora, o en otro lugar, podemos interpretarlo de distinta
forma.
José María de Benito
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